Todo lo que existe en el planeta, todo lo creado tiene un ciclo; es decir, un tiempo determinado para su existencia como lo establece Eclesiastés 3:1
Dios nos da oportunidades todos los días porque Él todos los días nos quiere bendecir, leamos Gálatas 4:4-6 donde vemos el cumplimiento de la plenitud de los tiempos.
La biblia habla acerca tres tipos de tiempos, el tiempo cronos: es el que vivimos cronológicamente, el kronos: es una oportunidad de Dios en un momento determinado y pleroma: es la plenitud de Dios.
La primera plenitud de los tiempos tiene que ver con la venida de Cristo y la próxima gran plenitud es cuando Cristo regrese a la tierra porque ya no viene a pagar pecados porque ya pagó todo, sino que que viene a establecer el reino del cielo visible en la tierra.
Todo lo que estamos viviendo es porque nos lleva a ver la plenitud mayor, para ello la novia debe seguir preparándose para recibir a su Rey.
Estamos viviendo en la cosecha más grande de la historia, porque estamos en el tiempo del avivamiento, es una plenitud de salvación.
En 1 Timoteo 3:1-5 vemos la plenitud de la maldad manifestada en la depravación del carácter del ser humano.
En 1 Timoteo 3:13-14 continúa las características de la maldad, pero la palabra nos exhorta a seguir la plenitud de Cristo y alejarnos de las personas que hacen el mal.
Cada vez que viene la plenitud de la maldad viene el juicio de Dios, como lo señala Mateo 24:21
Lo que estamos en Cristo nos acontecerá lo profetizado en Isaías 60:1-2, por eso no nos debemos preocupar si las cosas van de mal en peor, porque la gloria de Dios nace sobre sus hijos.
Vemos en Génesis que satanás usa a la mujer para introducir la desobediencia y pecado en la tierra, por lo que Dios puso enemistad entre ella y la serpiente, pero luego vemos que Dios mismo usa a la mujer para traer a su Hijo en Isaías 7:14 para aplastarle la cabeza a la serpiente, lo que significa que en aquello en lo que el enemigo te oprimió Dios te libera y te usa para libertar a otros.
Una de las características que nos llevan hacer hijos de Dios está en Juan 1:11-12 lo que no traslada a tener una vida plena.
En Gálatas 4:6 nos revela la comunión íntima que podemos tener como hijos.
Dios nos llama a transformarnos a la imagen de su hijo Cristo, siendo esto la plenitud de un creyente.
Tenemos que buscar la plenitud de Dios en todas las áreas, pero debemos dejar los ciclos pasado.
Hoy dejamos atrás nuestra vieja manera de vivir y pensar, atesoramos en nuestro corazón lo que Cristo hizo cumpliéndose así la primera plenitud de los tiempos en la tierra, como hijo declaramos que vivimos en plenitud en todas las áreas de nuestra vida.