En base a la Palabra, podemos darnos cuenta de algunas características del pueblo de Israel, al leer Nehemías 1:1-4: Palabras de Nehemías hijo de Hacalías. Aconteció en el mes de Quisleu, en el año veinte, estando yo en Susa, capital del reino, que vino Hanani, uno de mis hermanos, con algunos varones de Judá, y les pregunté por los judíos que habían escapado, que habían quedado de la cautividad, y por Jerusalén. Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego. Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos”

Notamos que él al recibir las noticias sobre cómo estaban sus hermanos hizo duelo por un tiempo, pero como sabía que en medio del dolor Dios le iba a dar una respuesta también oró y ayunó.

Es totalmente válido ante la pérdida estar en duelo, pero debemos ser conscientes que esto debe ser por un tiempo porque hay que levantarnos a restaurar lo que está en ruinas.
Algunos datos históricos de los libros de Samuel y los Reyes nos revela que Israel pasó cinco siglos fuera de su nación, es por ello que, anhelaba regresar, pero cuando se levantó un edicto y pudo volver se encuentra con que los muros de la ciudad estaban destruidos por lo que debía levantar a restaurarlos.
Hoy en día podemos tener todo, pero si no oramos por levantar vallado o muro de defensa podemos fallar como cristianos.
Para luchar contra el enemigo debemos levantar muros de defensa y el primero de ello es la fe como lo establece Efesios 6:16 para alzar el escudo de la fe que representa que todo en Cristo ya fue pagado y nos sirve para apagar los dardos encendidos que envía el enemigo a nuestra vida.

16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno”.

La segunda defensa es: la integridad, y esto es hacer lo correcto cuando nadie nos ve, lo que nos lleva a tener la coraza de ser invulnerable ante las acusaciones porque estamos seguro y sabemos que al hacer silencio es nuestra integridad las que da testimonio y es Jesús quien nos defiende, de esta manera callamos las acusaciones.
Una vez que levantemos estos muros en nuestra vida espiritual hay 10 puertas que debemos restaurar:
1.- La puerta de las ovejas, esta representa la relación de los hijos con Cristo, leamos Juan 10:7-11 nosotros somos las ovejas quienes somos ungidos con aceite fresco para que sea destruido todo lo que viene de Dios.
Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. 10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. 11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.
2.- La segunda puerta era la del pescado que simboliza el evangelismo tomando en cuenta que fuimos llamados para ser pescadores de hombres, como indica Mateo 16:15-16
15 Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? 16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
3.- La tercera se llama la puerta vieja, aquella que quedó de la conquista de la senda antigua, simboliza el Antiguo Testamento, así lo menciona Jeremías 6:16 y 18:15
– ” Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos.”
– ” 15 Porque mi pueblo me ha olvidado, incensando a lo que es vanidad, y ha tropezado en sus caminos, en las sendas antiguas, para que camine por sendas y no por camino transitado”
4.- Puerta del valle, es restaurar nuestra confianza en Dios porque esta puerta representa es el valle de los problemas, pero que en medio de ello Él tiene el control.
5.- La puerta del muladar, que es botar todo lo que a Dios no le agrada, esta estaba cerca de Cedrón donde se solían tirar los ídolos, para ello hay que despojarse de todo aquello que hemos puesto en primer lugar en vez de Dios.
6.- La puerta de la fuente, que es restaurar la relación con el Espíritu Santo, Juan 4:13-14
13 Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; 14 mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
7.- Puerta de las aguas que nos exhorta a restaurar nuestra actividad con la palabra de Dios.
8.- La puerta de los caballos, que representa la preparación para la batalla.
9.- La puerta del oriente, es aquella por donde entró el Salvador y ahora esperamos su segunda venida.
10.- La puerta del juicio, donde todo el pueblo tiene que presentarse y llamarán por los nombres inscritos en el libro de la vida.
Les he enseñado todo esto porque tenemos que estar preparados, ya que cuando restauramos nuestra relación e intimidad con Dios también debemos reparar cada una de estas puertas.
Oramos a Dios por la palabra que ha sido predicada y declaramos que se restaura el altar de adoración donde el pueblo se presenta como sacrificio para conectarse una vez más con su presencia, levantamos el escudo de la fe con el que apagamos todos los dardos del enemigo, somos ungidos con tu aceite y espiritualmente nos montamos en el caballo para pelear por todas las áreas que nos ha asignado.