En este comienzo de año es importante enseñar algunos principios y fundamentos que son de vital necesidad para tener un 2023 victorioso y lo primero en lo que debemos permanecer conectados es la presencia de Dios , esto se logra orando en el lugar secreto.

De acuerdo a Mateo 6:5-6: “»Cuando ores, no seas como los hipócritas, porque ellos aman el orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles para ser vistos por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público”observamos que la oración y ayuno que debemos tener es para estar íntimamente delante de Dios.

La tierra no fue diseñada para ir al cielo, sino que el cielo fue diseñado para venir a la tierra.
Ahora bien, cuando hablamos del cielo nos referimos en lo que allí ocurre, la eternidad, entonces cuando oramos atraemos la dimensión del cielo a la tierra.
Jesús fue el hombre que más oró porque en su naturaleza humana reconocía que necesitaba estar conectado con el cielo.
La oración debe ser desde un lugar, ese lugar es donde se entra en una comunión intima con Dios, donde el pueda ver mi corazón y en el que yo puedo tener una relación con mi Padre.
Jesús llamó a ese lugar, el lugar secreto y la Biblia también lo denominó Aposento Alto y el Allí.
Vemos a Jesús en Lucas 5:16-17 y 6:12, que se apartaba para pasar tiempo con el Padre. Nuestro Salvador cambiaba de lugar porque su oración era diferente.
La oración no es una fórmula sino una experiencia que tiene que ver con su presencia, porque es lo que Papá espera que tengamos con Él.
En la relación íntima con Dios fortalecemos nuestra identidad, porque con la tentación el diablo prueba la identidad y luego la roba, pero esto es para quienes dejan de orar porque ya no saben quienes son, pero para quienes mantenemos una relación continúa en oración la identidad se desarrolla y se fortaleza y pese a las adversidades sabemos quieneses somos en Dios.
Marcos 11:24: “Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá”, este versículo establece que todo lo que pedimos en oración lo recibiremos y en Marcos 12:29 menciona que Dios es nuestra prioridad. “Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es”
Al leer Juan 17:21-23 nos enseña lo que provoca la oración, que seamos uno con el Padre
21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. 22 La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. 23 Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.
Quiero invitarte este año que volvamos al principio de la oración, se que muchos de nosotros nos cansamos por diferentes motivos y dejamos de tener intimidad con el Padre, pero este 2023 debe ser diferente y volvamos al Aposento Alto a buscar de su presencia y así ser testimonio de Dios en la tierra.
Oramos juntos: Padre te pedimos perdón porque hemos apartado el tiempo para muchas otras cosas y no para tener intimidad contigo, hemos dejado que el cansancio tome tu lugar y nos hemos olvidado de buscar tu presencia.
Hoy decidimos volver a ese lugar de intimidad, al Aposento Alto, el Allí de Dios, en el lugar secreto, en ese lugar donde te revelas, donde podemos verte y escucharte y tu ves nuestro corazón, donde nos fortalecemos y nos hacemos uno contigo.