Un día le dije a Dios: “quiero ver que entre tu nube de gloria en este lugar”, y luego al poco tiempo sucedió que pudimos verlo. Con esto, quiero cerrar el tema del que estuve hablando el domingo pasado. Y en la semana le pregunté a un discípulo que había sentido este día, y me dijo: pastor yo vi una nube de gloria; y así le pregunté a varios y me dijeron lo mismo.

Hay cosas de Dios que no tenemos que cuestionarlas, para las personas naturales sería una locura pero para nosotros los hijos espirituales es una locura santa.

Entonces le digo todo esto, porque el domingo pasado yo le enseñé cómo caminar en la fuerza de Dios, pero ahora quiero que usted tenga el conocimiento de cómo permanecer en esta dimensión, no es sólo montarnos una vez sino mantenernos en la ola.

Primeramente, tenemos que entender que lo sobrenatural es algo progresivo. La Biblia dice que vamos a ir de fe en fe, nosotros cuando llegamos a Dios tuvimos una fe, pero ésta luego va creciendo con nuestro caminar en el Señor.

De este modo, para que se produzcan los rompimientos en su vida, se necesita tener una fe sobrenatural progresiva. Los rompimientos serán graduales, de acuerdo a lo que usted requiera en el momento.

Por un lado, la mente nos va a decir que es imposible, pero Dios dice en su Palabra “para el que cree todo es posible”. Es por ello que, principalmente debemos romper con los paradigmas que hay en nuestra mente.

Esto va más allá de nuestros cinco sentidos, porque no es por vista sino por fe. Iglesia que Cristo te vea creyendo, porque esa fe es la que produce un rompimiento; debemos decir “no lo veo pero lo creo” porque vivimos en el espíritu.

Asimismo, necesitamos un rompimiento en nuestro ambiente, los que nos rodean pueden decirnos que estamos locos por creer en alguien y en algo que no vemos, pero ese entorno no debe cambiarnos ni robarnos la fe.

También tenemos que entender, que cualquier intervención divina no es sólo un evento, sino que ese mover sobrenatural estará continuamente presente en nuestra vida hasta que Cristo venga. Y otra cosa importante, es que debemos ir de rompimiento en rompimiento, para que esto se haga parte de nuestro estilo de vida.
Las Escrituras dicen que caminaremos de gloria en gloria, entonces los hijos de Dios accedemos a esta dimensión no por lo que nosotros hacemos, sino por la sangre de Jesús. La religión no nos lleva a cambiar, es la relación con un Jesús vivo que nos lleva a producir transformación y rompimientos.

En Hechos 9:31, vemos que somos fortalecidos en el espíritu, si vivimos con temor a Dios. Todo lo que Jesús cargaba, lo podemos cargar nosotros, el espíritu de rompimiento nos los dio Jesús.

“Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo.”

Cómo la Iglesia de Cristo, nosotros debemos llevar esos rompimientos a la gente que está atada, angustiada, desesperada, para que conozcan a Jesús y no mueran sin Cristo.