Las primicias en el Antiguo Testamento, eran un recordatorio de que Dios había sacado al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto y les había dado una tierra prometida.
Así como el pueblo de Israel, nosotros también éramos esclavos de un sistema antes de llegar a Cristo. Pero al llegar a los pies de Jesús, Él nos libertó de toda esclavitud y restauró nuestra vida.
De esa manera, cuando traemos nuestras primicias a Dios, recordamos cómo estábamos antes de conocer a Jesús y reconocemos todo lo que ha hecho por nosotros.
Las primicias prueban nuestra fidelidad y honra a Dios, además le damos el primer lugar en nuestra vida para que su bendición se derrame en nosotros durante todo el 2025.
A Dios se le entregan las primicias, no de lo último sino de lo primero, porque eso significa que estamos colocándolo a Él en primer lugar.
El secreto de las primicias está en los siguientes cuatro aspectos:
- Las primicias prueban nuestra fidelidad. Cuando no le damos las primicias a Dios nos convertimos en infieles y desleales ante Él.
- Las primicias son una demanda divina. Las primicias son parte de las leyes de Dios, y si usted cumple con ello, si vida será bendecida.
- Las primicias determinan nuestra bendición a futuro. De acuerdo a lo que usted le dé a Dios en las primicias, será lo que se me multiplique durante todo el año.
- Las primicias alejan la escasez y rompen maldiciones financieras.
Por ello, este mes el llamado es que nos volvamos a Dios y le demos el primer lugar en nuestra vida. Amar a Dios no solo de palabras, sino que honrándolo con nuestras primicias, ofrendas, diezmos.