Para tener una vida bendecida, debemos poner a Dios primero. Este es el mes de las primicias, y lo primero que debemos hacer es volver nuestro corazón a Él y darle el primer lugar en nuestra vida.
Dios entregó a su único hijo como primicia al mundo. Iglesia, nosotros somos la primicia en Cristo, y la primicia más importante que le podemos dar a Dios, es una vida rendida a Él.
“Mas buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” Mateo 6:33 . Si usted dejó de orar, ayunar, diezmar, servir y ofrendar, vuelva a hacerlo, Dios está esperando por tu honra
Todos los años traemos nuestras primicias a principios de año La primicia es lo primero que Dios nos dio. Usted puede traer una ofrenda en alimentos no perecederos, dinero, o lo que desee darle a Dios. Pero, para esta Fiesta de Primicias Dios me dijo “dile a mi pueblo que como primicia, lo que quiero es el corazón de ellos”. Muchos se han apartado, se han enfriado y lo que Dios quiere es que nos volvamos a Él.
En Malaquías 1:6 vemos que el Señor pide honra y quiere saber por qué? Donde no hay honra, no hay mover de Dios, pues la deshonra frena el fluir del Espíritu Santo.
“El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? Y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre?”
La primicia es más que un diezmo y una ofrenda, es un sacrificio mayor y adicional. La primicia es un acto de honra que agrada a Dios, así como lo fue la ofrenda de Abel.