En el mundo vemos que hay personas que tienen límites en los diferentes tipos de amor por miedo en recibir traición, es por ello que vemos poco compromisos en cualquier relación, incluyendo la de Dios.
El amor tiene que ver con entrega y compromisos, no se trata de hacer algo sino con quien soy como persona.
Cuando limitamos a Dios en algún área de nuestra vida lamentablemente no lo conocemos en la profundidad de esa área.
El amor conlleva a sacrificios, no tiene límites y es sufrido.
En el libro de Óseas vemos como este profeta desde muy joven apartó su vida para el servicio del Señor, y a través de él vemos la forma en la que muchas veces Dios nos habla de una forma que no queremos oír.
La historia de amor entre Oseas y Gómer es sufrida y comparada con el amor de Dios con Israel, así lo señala Óseas 3:1
“3 Me dijo otra vez Jehová: Ve, ama a una mujer amada de su compañero, aunque adúltera, como el amor de Jehová para con los hijos de Israel, los cuales miran a dioses ajenos, y aman tortas de pasas.”
Oseas tuvo que pagar para recuperar a su esposa, así como lo hizo Jesús por la humanidad como lo establece en 1 Corintios 6:20
“20 Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.”
En la actualidad vemos como muchos hijos siguen defraudado a Dios, pero Él sigue allí esperándonos con un amor desmedido.
El llamado es seguir el ejemplo del amor de Dios, de Jesús y Oseas, quienes han entregado su corazón sin reservas y sin condiciones por otros.
Hay un pueblo afuera que necesita y espera ser amado, seamos esos Óseas que con el riesgo de recibir traición está dispuesto a amar sin limitaciones porque obedece la voz del Señor.