El verdadero sentido de Semana Santa: el poder de resurrección de Cristo.
La Semana Santa no se trata de solamente de rememorar un hecho histórico, sino de reconocer el triunfo del Reino de Dios por sobre el reino de las tinieblas, porque Cristo tomó nuestros pecados, muere en la Cruz y resucita para darnos nueva vida.
Nadie hizo milagros como los que Jesús hizo, donde el poder de Dios se manifestó sanando, liberando y resucitando. Aunque estaba escrito que la traición llegaría contra Jesús, él tomaría nuestros pecados y que resucitaría para limpiarnos y darnos vida, porque fuimos escogidos.
La resurrección es definida como el levantamiento de entre los muertos, “y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también nuestra fe”, 1 Corintios 15:14. Pero nuestra fe no radica en la religión y tampoco en la cruz, sino que está puesta en la resurrección, porque la cruz representa humillación, muerte y maldición.
La resurrección representa la validación final de Dios en Jesucristo, porque luego del tercer día en el infierno, algo comenzó a ocurrir y entró el soplido de Dios a nosotros.
Iglesia, hoy tengamos presente que Jesús murió llevándose todos nuestros pecados, pero resucitó completamente limpio. ¡Recordemos todos los días su gran sacrificio por cada uno!