Una de las cosas que debemos saber que Dios siempre busca adoradores que lo adoren en Espíritu y en Verdad; en otras palabras, que nos acerquemos a Él porque quién es y no por lo que nos puede dar.
En Salmos 19:1-4 y 148:7-9 podemos ver que Dios demanda que todo lo creado lo debe adorar, la razón de eso es porque Dios nos creó para adorarle en todo tiempo.
Con estos versículos nos damos cuenta que desde el sonido del carbón hasta la declaración del hombre y mujer adora a Dios, porque la adoración nos conecta con nuestra bendición.
La misma tierra pregunta ¿Dónde están los que adoran? Como lo establece Romanos 8:19
Como hijos debemos reconocer y extender en todo lugar de la tierra el nombre de Dios como lo indica Salmos 8:1
Todo responde a un sonido, es por eso que debemos expresar nuestra adoración y eso va a provocar la atención de Dios.
En Salmos 8:2 y 8:3-9 observamos como Dios entre todo lo que formó le dio al hombre el poder de enseñorearse sobre lo creado, ahora como muestra de agradecimiento debemos abrir nuestros labios dejando la oración petitoria a un lado y atraer su presencia con voz de estruendo.
Hay que dejar de ver a Dios con la mente o la razón, sino clamar que nos convierta en adoradores que lo adoren en Espíritu y en Verdad, salmistas que traigan el sonido del cielo a la tierra
En este día se crea un estruendo porque ángeles bajan y ministran junto al pueblo y lo que sea hace en el cielo se replica en la tierra.
Como iglesia en este día transicionamos en la adoración espontánea hacia al Padre, levantamos la voz con cánticos nuevos, melodías del cielo fueron reveladas y como río de agua viva un estruendo salió de nuestro interior para elevar palabras de exaltación y reconocimiento.