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El Espíritu Santo está hablando a la iglesia para que sane el corazón, porque mientras más sana esté tu alma más vas a crecer y disfrutar de una verdadera libertad.

Para esto, es necesario entrar al quirófano de la presencia del Espíritu Santo para que nuestro corazón sea sano, para ello debemos reconocer las áreas lastimadas.

Satanás quiere mantener a muchos esclavos conforme a como esté su corazón, pero Cristo desea restaurar lo que han dañado y sanar a los quebrantados de corazón.

Es por ello que debemos diariamente determinarnos a limpiar el corazón de ofensas y heridas para evitar que suceda lo que estipula Hebreos 12:15, “y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre”. Por el contrario, debemos tener en cuenta que tenemos una herencia eterna como lo dice Romanos 8:17 “Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados”

La falta de perdón puede ser generada por una ofensa y es una trampa de Satanás para que la herida se transforme en una raíz de amargura.  Sanar el corazón y perdonar es un estilo de vida de los hijos de Dios, así lo señala Mateo 18:21-35.

Perdonar es dejar ir y esto es olvidar lo que lo lastimó, el no perdonar es igual a juzgar.

Te incentivamos a que repitas continuamente: Espíritu Santo sana mi alma, líbrame de mis emociones contaminadas, escrudiña mi corazón y quita todo dolor, me deshago de toda ofensa y perdono a todos lo que me han herido y los dejo ir. Yo declaro que tengo herencia en Cristo; la completa sanidad de mi alma y no perderé la gracia por la cual soy salvo.