Que mejor que empezar este mensaje con lo que dice Juan 3:16: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. ¿Qué mayor demostración de amor que esta? Absolutamente, nadie haría tal sacrificio por usted y por mi, tal como lo hizo Dios, entregando a su hijo, para que nosotros viviéramos.

Tenemos que entender cuál es el amor de Dios, y separarlo del amor del hombre. ¿Por qué esto? Porque nos equivocamos pensando que amamos en el amor de Dios.

El amor es un aspecto de Dios, es un atributo de Él, y es el mandamiento original dado por Dios al hombre.

Cualquiera que conoce a Dios, conoce su amor, como está escrito en 1 Juan 4:8: “El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor”. ¿Cuantos estaríamos dispuestos a morir por otra persona? Solo Jesús nos demostró ese amor que trasciende toda razón humana. Quizás no lleguemos a ese punto, pero una cosa si podemos hacer, disponer nuestro corazón para que Él entregue su amor a través de nosotros. Porque, cuando el mundo vea que amamos de tal manera, correrá a los pies de Cristo.

El amor de Dios es único y es la única virtud que nadie puede falsificar, que el diablo no puede imitar.

Ese amor que había en Jesús lo movía a hacer milagros, entonces, si el amor de Dios está en mí, yo oro por otros, yo ayudo a otros, los llevo a experimentar ese amor sobrenatural. Déjeme decirle, que usted y yo somos la expresión más grande del amor de Dios.

Desde que Adán pecó, él dejó de ser motivado por el amor ágape, sino por sus propios deseos. Cuando Cristo vino nos conectó con este amor sobrenatural que no tiene medidas.

Hay tres tipos de amor natural:

  • El amor eros: es aquel producido por una atracción física, entonces, cuando el físico cambia, el amor se fue.
  • El amor estergo: es el amor de familia
  • El amor filio, es un amor entre amigos, y es condicional,  si me ayudas, yo te ayudo
  • El amor ágape, es el amor de Dios, es donde no amamos con la razón, no está condicionado, y está extendido en todos

En resúmen, el amor de Dios es sobrenatural, no ama con la razón, es eterno y aunque pases por las peores crisis, ese infinito amor no te va a abandonar, porque el siempre está dando, tal como lo leímos en Juan 3:16.