Lo primero que debemos hacer en este nuevo año es agradecer, el agradecimiento produce algo en nuestro corazón. Cuando mostramos agradecimiento, nace en el alma y llega al corazón.
La Palabra nos dice que estamos compuestos de cuerpo, alma y espíritu. El espíritu es un lenguaje del Señor, es la eternidad dentro de usted. En Salmos 103:1-5, vemos que el salmista no le pide nada al espíritu porque él es la conexión entre el cielo y la tierra, el espíritu todo lo sabe. Mientras que, el alma necesita ser subyugada por nuestro espíritu, y cada día debemos recordarle a nuestra alma que debe adorar a Dios.
Sabe usted que, su alma gobierna sobre su espíritu cuando usted no tiene voluntad de orar, de adorar, de velar o ayunar; por ello, cada día debemos hablarle al alma para que se someta a nuestro espíritu.
Desde el momento que renunciamos a las verdades relativas del alma, comienza a gobernar el espíritu en nosotros. Lo que el salmista entendió, es que no necesitaba dirigir al espíritu, sino de que era el alma la que debía someterse.
Todos los días debemos hablarle a nuestra alma. La única forma de que el engaño se quite es con la verdad, la verdad que produce el espíritu, y es allí donde el alma se amolda a Jesucristo. En este momento, es cuando usted se comienza a parecer a Cristo.
Asimismo, el alma debe ser transformada de la vieja naturaleza a la nueva, nuestra batalla diaria es hacer la voluntad de Dios, porque muchas veces nuestra alma es oposición a ello.
No somos victoriosos por lo que hacemos o lo que tenemos, sino por lo que Cristo lo hizo por nosotros en la cruz. Nuestra fe no se trata de obras, de capacidades ni de estudio, sino del sacrificio de Jesús en la cruz del calvario.
Apocalipsis 1:6, nos dice que Dios nos hizo reyes y sacerdotes, hermanos hay una corona en los hijos de Dios, desde el momento que el alma entiende que el espíritu es quien gobierna.
Cuando se trata de ponerle puntos a Dios, siempre vemos cuánto nos ha dado, ese ejercicio no es espiritual sino carnal. Muchas veces confundimos el amor de Dios para nosotros, las añadiduras no son la definición del amor de Dios, la obra de su hijo en la Cruz es la que define cuánto Dios lo ama.
Es importante que usted entienda que, el Señor le quita autoridad a todos aquellos que te juzgan, y luego dice “yo no te juzgo”. La gracia del Señor viene a través del agradecimiento hacia Dios, es por la gracia de Jesús que nadie nos puede juzgar.
La gracia de Dios es un regalo. Cuando usted tiene un regalo, usted no lo guarda, sino que lo exhibe, lo cuida; es lo mismo que debemos hacer con Cristo en nuestro corazón.
Dios nos dio el regalo más grande que podía darnos, nos dió a su único hijo Jesús, ya no necesitamos más. Si usted no tiene cosas materiales, no se entristezca, porque tiene algo más poderoso, tiene a Cristo Jesús.
Tal vez el año que acaba de pasar fue difícil para muchos por la pandemia, pero para el 2022 no pierdas la esperanza. El llamado de esta mañana es para que usted comience a oír la voz de Dios para este año, tiene que brillar la luz de Cristo en usted.