El pasado viernes, más de 395 mujeres se dieron cita en una noche especial organizada por el Ministerio Internacional Jesús es El Rey, donde la presencia y el amor de Dios se manifestaron de manera poderosa. Durante la jornada, se compartieron espacios prácticos de aprendizaje en peluquería, maquillaje y cuidado preventivo de salud, como una expresión del amor propio que toda hija de Dios debe cultivar, entendiendo que su cuerpo es templo del Espíritu Santo.
La Profeta compartió un mensaje profundo sobre la identidad y el valor espiritual de la mujer, recordando que cada hija lleva un sello invisible para los ojos humanos, pero visible para Dios. En su enseñanza, enfatizó que “amarse a sí misma” no es vanidad, sino el reconocimiento de la obra perfecta del Creador en cada una, y el llamado a cuidar tanto el cuerpo como el alma, conforme a la Palabra que dice: “Deseo que seas prosperado en todas las cosas y que tengas salud, así como prospera tu alma” (3 Juan 1:2).
Asimismo, se proclamó que Jesús está vivo y que solo en Él hay libertad, sanidad y restauración. Su sangre tiene poder para derribar fortalezas mentales y sanar las heridas del corazón. En una relación diaria con Cristo, el Espíritu Santo guía, consuela y transforma los pensamientos, permitiendo a cada mujer caminar en una vida sana y libre.
Como fruto de esta noche gloriosa, 18 mujeres entregaron su vida a Jesús, sellando así el inicio de una nueva etapa en su caminar espiritual.
El evento reafirmó el propósito de esta casa espiritual de levantar una generación de mujeres íntegras, sanas y llenas del Espíritu, que reflejan en todo tiempo el amor de Cristo.
