Una cobertura es una fuente, donde encontramos alimento para el espíritu, sabiduría, protección y consuelo. A la vez es un padre que invierte todos sus recursos disponibles en un hijo o en una iglesia, para que este alcance su propósito o destino.

Un padre espiritual es para nosotros: un cultivador, el que endosa, protector, mentor, progenitor, líder, animador, estabilizador, proveedor, transmisor, adiestrador, fuente, el que nutre, maestro, el que aplica la disciplina y pide cuentas a sus hijos.

El propósito de la cobertura es dar sombra de protección paternal, donde los hijos se cobijan cuando están desanimados, además nos provee unción; bendición; refugio y descanso; nutre el carácter, levanta la autoestima y afirma en el propósito. Es una fuente continua de revelación y alimento espiritual.